Cuando voy a la Escuela
no sabes lo que me cuesta
subir esa hermosa cuesta.
Entro y me siento en el banco
así hago un descanso
y diviso a los que suben
todos miran a las nubes.
Me dirijo al ascensor
este tiene un buen motor
con el peso que carga
las debe pasar amargas.
Por el pasillo camino
hasta llegar a la clase
con el ojo bien abierto
para ver lo que allí pase.
Cuando el Profe empieza la clase
todo el mundo dice frases
que cosidas con buen hilo
puede salir al fino.
A la salida me bajo
hasta el cero sin trabajo
pues la puerta de emergencia
suele estar siempre abierta.
Así se acaba la historia
de ésta pobre mujer
que ella va a la Escuela
porque quiere aprender .

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